¿Cómo aplicar los nutrientes de manera más eficiente?
/en Académico/por arvensisagroFertirrigación vs Aplicación foliar

En la actualidad, una de las decisiones más estratégicas es cómo aplicar los nutrientes: ¿a través del riego (fertirrigación) o directamente sobre las hojas (aplicación foliar)? Ambas técnicas tienen pros y contras, y su eficacia depende de múltiples factores como el tipo de cultivo, estado fenológico, condiciones del suelo y objetivos de producción. A continuación, veremos que aplicación es mejor para cada caso.
¿Cómo comen las plantas?
Las plantas «se alimentan» principalmente a través de sus raíces, que absorben agua y nutrientes minerales disueltos en la solución del suelo. Este proceso se da gracias a un sistema de transporte activo y pasivo a través de pelos radiculares y células especializadas, que permiten captar elementos esenciales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, entre otros.
Sin embargo, también pueden absorber nutrientes a través de sus hojas, una capacidad menos conocida pero muy útil en agricultura técnica. Las hojas poseen estomas y una cutícula que, aunque diseñadas para el intercambio gaseoso y la protección, permiten la entrada de sustancias cuando están formuladas correctamente.
En la naturaleza, la vía principal de nutrición es la radicular, pero en la agricultura moderna, la aplicación foliar se ha convertido en una herramienta estratégica para superar limitaciones del suelo o responder rápidamente a necesidades puntuales.
¿Qué es la fertirrigación?
La fertirrigación consiste en aplicar fertilizantes disueltos en el agua de riego. Esta técnica permite una nutrición continua y localizada, aportando los nutrientes directamente a la zona de influencia radicular, con una gran flexibilidad para adaptarse a las necesidades del cultivo en cada fase fenológica.
En suelos con problemas de pH elevado, por ejemplo, puede haber bloqueos de micronutrientes como el hierro o el zinc, incluso si se están aplicando correctamente por fertirrigación. También puede haber pérdidas por lixiviación en suelos arenosos, especialmente de nitrógeno y potasio, lo que compromete la nutrición de la planta.

¿Qué es la aplicación foliar?
Consiste en aplicar nutrientes directamente sobre el tejido vegetal, normalmente en forma de solución líquida con productos formulados específicamente para absorción foliar. Aunque su capacidad para aportar grandes cantidades de nutrientes es limitada, su mayor valor reside en la precisión y rapidez con la que se pueden corregir desequilibrios específicos, sobre todo de micronutrientes.
Una aplicación foliar bien diseñada permite actuar rápidamente ante síntomas visuales de carencia, ante situaciones de bloqueo en el suelo o en momentos donde la raíz no está funcionando de forma óptima (bajas temperaturas, estrés hídrico, asfixia radicular, alta humedad relativa…).
También es una herramienta clave en fases fenológicas críticas, como el cuajado, el engorde o la maduración, donde se busca reforzar la fisiología del cultivo con bioestimulantes o nutrientes que mejoren el metabolismo, la división celular o la calidad del fruto.

¿Una técnica excluye a la otra?
La tendencia actual es hacia el uso combinado de ambas vías. Mientras la fertirrigación proporciona una nutrición de base continua y adaptada al desarrollo del cultivo, la aplicación foliar permite intervenir de forma rápida, localizada y estratégica, sobre todo en momentos donde la demanda supera a la capacidad del sistema radicular.
Diseñar una estrategia combinada requiere tener en cuenta varios aspectos técnicos:
- Formulación del producto: No todos los fertilizantes son aptos para aplicación foliar; deben tener buena solubilidad, pH adecuado y aditivos que favorezcan la absorción.
- Condiciones ambientales: La eficacia de la aplicación foliar depende del momento del día, la humedad relativa, la temperatura y la radiación solar. Idealmente se deben aplicar a primeras horas o al atardecer.
- Compatibilidades: Si se combinan productos en tanque, es fundamental hacer pruebas de compatibilidad fisicoquímica y asegurar que no hay antagonismos que limiten la absorción.
- Frecuencia y dosis: En fertirrigación se recomienda fraccionar las dosis a lo largo del ciclo. En foliar, menos aplicaciones pero muy bien dirigidas suelen ser más eficaces.

Conclusión
No se trata de elegir entre fertirrigación o aplicación foliar como si fueran técnicas opuestas. Lo óptimo, en la mayoría de casos, es una estrategia combinada, adaptada a las necesidades del cultivo, el momento fenológico y las condiciones del entorno.
Comprender bien cómo actúan, sus ventajas y limitaciones, y cuándo es mejor utilizar una u otra, o ambas, permite tomar decisiones técnicas más eficaces y obtener mejores resultados en términos de rendimiento y calidad.
Desde Arvensis desarrollamos soluciones específicas para ambas vías de aplicación, con formulaciones estables, eficaces y seguras, tanto para fertirrigación como para tratamientos foliares. Si tienes dudas sobre cuál es la más adecuada para tus condiciones, consúltanos.
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