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Cómo cuidar tus plantas en invierno

El invierno está llegando y con ello, un cambio abrupto de temperatura y condiciones para nuestras plantas. Las temperaturas bajan a 10°C llegando a tener temperaturas nocturnas por debajo de los 0°C. Estas bajadas en la temperatura provocan una ralentización de su metabolismo y por ello, suelen entrar en una etapa de reposo con el objetivo de conservar energía, reduciendo la producción de hojas y flores con el objetivo de protegerse a las heladas que provocan una ruptura de las células de las hojas, tallos y raíces.  

Además, la cantidad de luz solar que perciben es menor ya que se reducen las horas de luz y la intensidad, lo que afecta a que generan menos energía, reduciendo el fotoperiodo.  

En muchos lugares, la frecuencia de lluvias aumenta la humedad en los suelos, provocando la proliferación de hongos y pudrición en las raíces. Por otro lado, en plantas de interior, la calefacción provoca una bajada de humedad del aire que puede afectar drásticamente a las plantas tropicales, por ello es importante disponer de bandejas de agua o humidificares cerca.  

A consecuencia de las bajas temperaturas, en invierno los microorganismos beneficiosos para el suelo ralentizan la descomposición de materia orgánica y disminuye la disponibilidad de nutrientes para la planta.  

Consejos para mantener tus plantas sanas en invierno

Lo primero a controlar es el riego de las plantas, al reducir el crecimiento de las plantas, necesitan mucha menos agua. Es importante regar solo cuando el suelo o la maceta esté seca al tacto. Hay que evitar encharcamientos que pudran nuestras raíces y produzca el crecimiento fúngico en las raíces. Es preferible reducir el número de riego (1 vez cada 10-20 días dependiendo del cultivo) pero de manera más intensa que regar cada varios días. 

Si tienes la posibilidad de controlar la temperatura, es un buen momento de utilizarla. Las macetas que puedas meter en casa o en un lugar cubierto resistirán mejor. O bien cubrir con un plástico o tela anti-heladas favorece a reducir ese contraste térmico en el exterior. El uso de una estructura o palos de madera que eviten el contacto directo con el plástico es clave a la hora de cubrir nuestras plantas.  

Para plantas de interior o invernadero, un aporte de luz solar extra favorece a su supervivencia, favoreciendo la colocación en zonas más cerca de ventanas o utilización de luces LED de espectro completo.

Debido a que la planta está en reposo, no es necesario una fertilización adicional ya que el exceso de nutrientes puede provocar estrés en la planta. ¿Qué cosas sí que se recomienda utilizar? La aportación de aminoácidos si la planta posee estrés abiótico puede favorecer a su recuperación como protectores osmóticos. Por ejemplo, aquellos que contienen Glicina-Betaína o bien productos anti heladas que proporciona una membrana en las hojas y fruto que evita la formación de escarcha y evita esa pérdida de agua y la evapotranspiración extrema (SCUDOR).   

La retirada de zonas más dañadas, eliminando hojas secas o enfermas permite prevenir enfermedades y conservar más energía en la planta. No estamos hablando de una poda intensa que se recomienda en primavera cuando la planta vuelve estar activa en el crecimiento sino de mantenimiento para reducir riesgo de plagas.  

Con el objetivo de proteger las raíces de las plantas, podemos adecuar las macetas en el caso de que sean plantas de interior evitando posarlas en el suelo y utilizar maderas que reduzcan ese choque térmico. La utilización de un mantillo o corteza puede favorecer a proteger las raíces del frío.  

Observar a nuestras plantas es clave para ver lo que necesitan y lo que están pidiendo. La aparición de plagas en hojas y tallos en plantas de interior o de invernadero especialmente es usual en invierno y no hay que descuidarse ya que estos insectos y ácaros atacan durante todo el año.  

Con estos cuidados, tus plantas estarán mejor preparadas para resistir los meses fríos y tener un buen crecimiento cuando regrese la primavera. ¡Buena suerte con el cuidado de tus plantas en invierno! 

Fisiología de la germinación de semillas

La germinación es el punto de partida para el desarrollo de cualquier cultivo. Comprender los procesos fisiológicos involucrados nos permite no solo optimizar las condiciones de germinación, sino también aplicar bioestimulantes que promuevan un desarrollo temprano vigoroso. En este artículo, exploraremos en detalle las fases de la germinación, el papel de las enzimas, y las prácticas recomendadas para mejorar la germinación y el establecimiento de los cultivos.

Estructura de la semilla y su función en la germinación

Antes de adentrarnos en el proceso de germinación, es útil conocer las partes fundamentales de una semilla y su papel:

  • Embrión: Contiene el futuro sistema radicular (radícula), el tallo (hipocótilo) y las primeras hojas (cotiledones). Es la parte activa que da origen a la planta.
  • Endospermo: Almacena nutrientes que el embrión utilizará durante la germinación. Contiene principalmente almidón, proteínas y lípidos.
  • Testa (cubierta seminal): Protege las estructuras internas de la semilla y regula la absorción de agua. La rotura de esta cubierta es uno de los primeros signos visibles de germinación.

Etapas de la germinación

La germinación se divide en varias etapas fisiológicas fundamentales:

  1. Absorción de Agua (Imbibición)
    La imbibición es el proceso inicial de absorción de agua, que hincha la semilla y la activa metabólicamente. El agua facilita la actividad de enzimas y la movilización de nutrientes almacenados en el endospermo, que son fundamentales para el crecimiento inicial del embrión.
  2. Activación Enzimática
    Durante esta etapa, se activan varias enzimas que convierten las reservas de la semilla en energía y nutrientes útiles. Entre las enzimas más importantes están:
    • Amilasas: Descomponen el almidón en azúcares simples que proporcionan energía al embrión.
    • Proteasas: Transforman las proteínas en aminoácidos, esenciales para el crecimiento celular.
    • Lipasas: Actúan sobre las grasas almacenadas, liberando ácidos grasos para la respiración celular.
  3. Crecimiento y Desarrollo del Embrión
    Tras la activación metabólica, el embrión comienza a crecer. La radícula emerge primero, estableciendo las primeras raíces y permitiendo la absorción de agua y nutrientes del suelo. Este paso es crucial, ya que el desarrollo radicular inicial condiciona la futura absorción de agua y nutrientes y, por ende, el crecimiento de la planta.

Claves para una buena germinación

Para que la germinación ocurra de forma óptima, es esencial controlar algunos factores:

  • Humedad: Un nivel adecuado de humedad activa la imbibición y favorece las reacciones enzimáticas. Sin embargo, un exceso puede generar asfixia en el embrión, mientras que un déficit impide la germinación.
  • Temperatura: Cada especie vegetal tiene un rango de temperatura óptimo que activa las enzimas y acelera el metabolismo de la semilla. Fuera de este rango, la germinación puede ralentizarse o detenerse.
  • Oxígeno: La semilla requiere oxígeno para la respiración celular, un proceso que proporciona energía al embrión. En suelos mal aireados o saturados de agua, la falta de oxígeno puede ser un factor limitante.
  • Luz: Aunque algunas semillas germinan sin luz, otras necesitan estímulos luminosos específicos para activarse. Conocer los requerimientos específicos de cada especie es clave.

La fisiología del crecimiento inicial

El crecimiento inicial del embrión está impulsado por la acción de hormonas vegetales, especialmente la giberelina, que regula la elongación celular y la expansión de tejidos. Las enzimas activadas en esta fase descomponen las reservas del endospermo en azúcares, aminoácidos y lípidos, esenciales para el metabolismo y el crecimiento. Este metabolismo intenso en los primeros días de vida es lo que permite a la plántula establecer un sistema radicular inicial fuerte.

Bioestimulantes para mejorar la germinación y el crecimiento inicial

El uso de biostimulantes puede ser determinante para asegurar una germinación eficiente y un desarrollo inicial vigoroso, evitando posibles “abortos” o fallos en la emergencia de la planta. Algunos de los biostimulantes recomendados para esta fase incluyen:

  • Rhizum: Nuestro bioestimulante para mejorar el enraizamiento. Esta compuesto de una mezcla que favorece la formación de raíces primarias y secundarias, permitiendo una mejor absorción de los nutrientes y agua disponibles en el suelo. Las raíces serán más profundas y con un mayor de tricoblastos o pelos radiculares laterales, que mejoran el área específica  y su eficiencia de absorción.
  • Algapower Gold: Un bioestimulante concentrado en base de extractos de algas que mejora la resistencia de la planta en sus primeros días y promueve la formación de un sistema radicular robusto. Esto se consigue debido a su alto contenido en hormonas naturales y compuestos bioactivos dando lugar a un crecimiento balanceado y más resistente al estrés.
  • Mycrottron: Contiene microorganismos beneficiosos que mejoran el desarrollo radicular, favoreciendo una temprana absorción de nutrientes y agua. Nuestro concentrado de Pseudomona putida es especialmente útil para favorecer esta etapa clave en suelos agotados o con hongos patógenos.

Conclusión

La fisiología de la germinación de semillas establece las bases para un desarrollo óptimo y un alto rendimiento en los cultivos. Controlar los factores ambientales y proporcionar un apoyo adicional mediante bioestimulantes no solo optimiza el proceso de germinación, sino que también reduce el riesgo de abortos y mejora el vigor de las plántulas. Los enraizantes, activadores metabólicos, extractos de algas y microorganismos benéficos son algunas de las herramientas clave para asegurar una germinación y un desarrollo inicial saludable, garantizando así una mayor productividad y resistencia en las etapas posteriores de crecimiento. Si necesitas asesoramiento técnico ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.

¿Por qué deberías aplicar aminoácidos a tus cultivos? ¿Cómo funcionan?

Aplicar aminoácidos a los cultivos no solo mejora su crecimiento y resistencia, sino que también beneficia al suelo y a la sostenibilidad general de la agricultura. Esta práctica proporciona una alternativa innovadora que permite a los agricultores incrementar su productividad de manera responsable con el medio ambiente.

Las plantas son seres vivos que además de realizar la respiración, se alimentan. A diferencia del reino animal y de manear general, son autótrofas, es decir, sintetizan su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas, siendo indispensable la luz solar u otras reacciones químicas para realizar completar su metabolismo.

Pero entonces, ¿Dónde entran los aminoácidos en esta ecuación?

Los aminoácidos son moléculas orgánicas con grupos amino y carboxilo que constituyen las proteínas a través de cadenas y según el orden de la secuencia de esos aminoácidos y su orientación forman las distintas estructuras primarias, secundarias y terciarias de las proteínas.

Las proteínas son nutrientes que juegan un papel fundamental para el funcionamiento de los seres vivos. Se trata de macronutrientes compuestos por una cadena de aminoácidos. El orden de la secuencia de esos aminoácidos y su orientación formando las distintas estructuras primarias, secundarias y terciarias. Algunas de las funciones que poseen las proteínas son enzimas si actúan como catalizadores, o bien proteínas estructurales si brindan soporte a las células y tejidos.

Además, las proteínas tienen funciones de transporte de iones a través de la membrana celular, participan en la comunicación celular ya que son receptores de membranas, poseen una función reguladora o de función de almacenamiento de nutrientes.

Cabe resaltar su papel dentro de la defensa de la planta, ya que ayudan a la protección contra patógenos, insectos u otros factores de estrés. Las proteínas participan en la inmunidad vegetal, es decir, en los procesos de defensa frente amenazas externas. Al igual que nosotros necesitamos de anticuerpos, las plantas poseen proteínas PR (Relacionadas con Patogénesis), inhibidores de proteasas, lectinas, defensinas que dotan a la planta de una serie de recursos para reforzarla y conseguir resistir a esas situaciones de estrés.

¿Es importante añadir aminoácidos a la planta?

Si quieres ayudar a la planta a combatir esos momentos de estrés y fortalecerla entonces añadir un aporte de aminoácidos es una buena opción. Es muy importante que sean aminoácidos libres, es decir, aquellos que se encuentran como monómeros de manera independiente para facilitar su absorción y asimilación en la planta, permitiendo una respuesta rápida y eficiente, favoreciendo un mejor aprovechamiento de los recursos energéticos y metabólicos de la planta. A continuación, se describen algunas de las acciones que la adición de aminoácidos aporta a nuestras plantas:

Mejora de la Absorción de Nutrientes, así como su liberación eficaz

Los aminoácidos en las plantas facilitan la absorción de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, especialmente donde la disponibilidad de nutrientes puede ser limitada. Además, permiten que esa liberación sea gradual y permitiendo de una manera lenta y controlada suministrar los nutrientes necesarios para su crecimiento.

Fortalecimiento de la Resiliencia al Estrés

En situaciones de estrés abiótico (sequía, altas temperaturas, luz ultravioleta, salinidad del suelo), los aminoácidos mejoran la capacidad de capacidad de recuperación de las plantas en situaciones adversas como si fuera un escudo protector. Especialmente, mitigan el daño por estrés oxidativo en las plantas, causado por un desequilibrio de especies reactivas de oxígeno tras una falta de defensas. Si no se controla, esos radicales dañan partes importantes de la planta como las membranas y son más susceptibles a las plagas y enfermedades.

Sostenibilidad y Agricultura Orgánica

Los fertilizantes basados en proteínas vegetales son una excelente opción para los agricultores orgánicos, ya que cumplen con los estándares de producción ecológica y ofrecen nutrientes sin químicos agresivos. Este tipo de fertilizantes ofrecen una opción más ecológica que los fertilizantes sintéticos. Reducen la dependencia de químicos, contribuyendo a una agricultura más sostenible y con menos impacto ambiental.

Mejora de la Microbiota del Suelo

La presencia de aminoácidos adicionadas en el suelo promueve la actividad de microorganismos beneficiosos. Estos microorganismos, como las bacterias fijadoras de nitrógeno, contribuyen a la fertilidad del suelo y mejoran la estructura, lo que facilita la retención de agua y nutrientes.

Aumento de la Calidad y Cantidad de la Cosecha

Gracias a la nutrición más completa que proporcionan, los cultivos tratados con aminoácidos suelen producir frutos de mayor tamaño, con mejor sabor, color y contenido nutricional. Esto resulta en una cosecha de mayor calidad y valor comercial.

Estimulación del Crecimiento de las Plantas, fotosíntesis y metabolismo.

Los aminoácidos y péptidos derivados de las proteínas estimulan el desarrollo de las raíces y la estructura celular de las plantas. Esto promueve un crecimiento más vigoroso y mejora la resistencia de las plantas frente a condiciones de estrés. Además, mejoran los procesos fotosintéticos, ya que optimizan la producción de clorofila. Esto hace que las plantas tengan hojas más verdes y saludables, capaces de captar más energía solar.

A modo de resumen, adicionar aminoácidos a tus cultivos es opcional pero muy favorable si quieres tener una alta producción, si quieres evitar que tu planta se acabe muriendo por motivos externos que le causan estrés. Un aporte extra, permitirá preparar a la planta, favoreciendo el correcto crecimiento y tránsito de nutrientes.

Para una guía más especializada de cómo, cuándo y qué productos aplicar a sus cultivos, consulte con uno de nuestros técnicos especializados.

Vecería en los cultivos

La vecería es una disfunción en los procesos productivos de algunas plantas, se manifiesta de manera que unos años podemos tener buenas o grandes producciones y al siguiente año muy poca producción o nula.

¿Por qué se produce?

  • Cuestiones genéticas, algunas plantas en sus distintas variantes por su genética, son más propensas que otras.
  • Ambientales, variedades concretas en algunos lugares, se les acentúa la vecería.
  • Otros casos, pero en menor medida, es por mal manejo del cultivo, malas tierras de cultivo, zonas climáticas inadecuadas, bloqueo de elementos esenciales, etc.

Siempre nos fijamos en los macro y micro en la fertilización y creemos tener la planta nutrida en cantidad suficiente, pero olvidamos las demás sustancias como auxinas, giberelinas, vitaminas y demás sustancias que son muy importantes, en la mayoría de los casos, esas sustancias son las que suelen consumir en gran cantidad en momentos de alta producción y al igual que su presencia actúan como un starter (señal de activación) funcionan en el lado opuesto, su falta es como una desconexión. En la actualidad no tenemos identificadas las sustancias que producen la vecería, pero si tenemos comprobado que teniendo buenas reservas en madera y un suelo sano, la vecería se reduce.

¿Qué cultivos suelen ser más veceros?

  • Cítricos
  • Olivar
  • Manzano
  • Pistacho

En el caso de los cítricos está disfunción se produce principalmente en limón verna y varios tipos de mandarina.

¿Cómo reducir la vecería?

  1. Manteniendo una fertilización equilibrada todos los años, teniendo en cuenta los nutrientes más consumidos por el cultivo afectado.
  2. La mayoría de los cultivos, tienen predilección por consumos de macro y micro en suelo, se deben de tener a niveles lógicos, sin grandes cantidades que no lleven a bloqueos o muerte de beneficiosos en la rizosfera por alta conductividad.
  3. También son muy importantes otras sustancias que tienen que producir en mayor cantidad
  4. Buen manejo de las podas

Recomendaciones de Arvensis para reducir la vecería

Debemos de no perder de vista el concepto de que nosotros en las actuaciones dirigidas al suelo lo que hacemos es nutrir y equilibrar el suelo lo cual redundara en la planta en un periodo de tiempo que no suele en la mayoría de los casos ser rápido.

Mantener un suelo bien equilibrado en materia orgánica y nutrientes, en la actualidad se dispone de aminoácidos y biofertilizantes, que, con un uso recurrente en el tiempo, puede atenuar mucho la vecería, los aminoácidos son fundamentales en muchos procesos, desde Arvensis recomendamos la aplicación de RESERVUM, aumentaremos las reserva en madera y una mayor actividad radicular al despertar de su parada invernal.