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Estrategias para la recuperación agrícola en desastres naturales

Uno de los temas de actualidad más comentado desde los últimos meses del año 2024 ha sido la DANA, que afectó a distintas zonas de España. Siendo la región de Valencia una de las más perjudicadas, causando daño en 8 comarcas de la provincia y en más de 65 municipios. Afectó severamente desde El Camp del Túria hasta la Ribera Baixa, siendo l’Horta Sud la zona 0 de la catástrofe climática.

La provincia de Valencia se caracteriza por ser de clima mediterráneo, aunque esto está cambiando y los inviernos ya casi no existen y los veranos cada vez son más cálidos y calurosos. Las precipitaciones anuales son alrededor de 500mm aunque, el pasado 29 de octubre, en la Plana de Requena-Utiel, se acumularon hasta 315mm. Es decir, en cuestión de horas llovió más de la mitad de lo que suele llover en un año. Estamos acostumbrados a ver todos los años, durante los meses de septiembre y octubre, noticias de como la gota fría llega al Levante, pero hacía mucho tiempo que sus consecuencias no eran tan graves como las de esta vez.

Consecuencias de los campos anegados

El desastre natural ocurrido hace tan solo unos meses causó muchas pérdidas humanas y materiales, siendo la agricultura uno de los sectores más afectados, provocando que fincas de cítricos, caqui, viña y arroz hayan sido inundadas y destruidas. Se valora que la superficie afectada es de alrededor 25.000 ha y 49.000, los agricultores.

Las parcelas de naranjo y mandarino son las más dañadas y algunas hasta tendrán que ser replantadas. Las inundaciones, además de causar asfixia radicular al cultivo, lo exponen a posibles infecciones como la gomosis.

Esta patología está provocada por el hongo Phytophtora spp., que afecta a la raíz y al cuello de la planta, aunque también puede afectar a la parte aérea por la salpicadura de las gotas cuando estas impactan contra el suelo. Uno de los aspectos más complicados de esta enfermedad es que sus síntomas no son visibles hasta pasados unos meses tras la infección.

Las partes internas del tronco oscurecen y aparecen exudaciones gomosas. La pudrición del mismo y la aparición de chancros impide el correcto funcionamiento de savia desde las raíces hasta los órganos. Esto afecta de manera notoria a la salud del cultivo, a la producción y rendimiento lo que en algunos casos puede hasta causar la muerte del árbol.

Para reducir los posibles daños por gomosis de los cítricos, desde la Generalitat Valenciana junto con el IVIA, se recomendó eliminar cualquier acumulación de tierra que hubiese podido quedar sobre las hojas del árbol, ya que las variedades de cítrico suelen ser mucho más sensibles a Phytophtora que el pie. Quitar cualquier herramienta que pudiera retener mayor humedad de la debida en el cultivo como las protecciones plásticas que se suelen poner en plantaciones jóvenes con el fin de reducir daños por frío, mamíferos o fitotoxicidad por el uso de herbicidas. Por otra parte, la Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca de la Comunidad Valenciana ha distribuido a los productores de las zonas afectas fungicidas sistémicos autorizados en cítricos para su prevención.

La unión nos levanta

Aun así, durante esta campaña que en tan solo unos meses comienza, los agricultores valencianos deberían tener un control más severo sobre la salud de sus cultivos. Para ello, han de tener en cuenta una fertilización equilibrada, con un buen manejo del suelo y la aplicación de bioestimulantes para optimizar los procesos fisiológicos de la planta. También se recomienda usar productos fitofortificantes para reducir el riesgo de infecciones por patógenos y plagas. Desde Arvensis proponemos el uso de promotores de defensas ecológicos como Lignomix y Glopper. Lignomix se aplica como preventivo, ya que activa la síntesis de fitoalexinas, genera nuevo tejido vascular y ayuda al transporte de savia entre órganos. Por otro lado, Glopper contiene cobre 100% complejado que permite una mejor absorción y rápida penetración en la planta, previniendo la posibilidad de lavado por lluvias. Glopper además protege la planta de posibles infecciones fúngicas y ayuda a mantener su salud a lo largo de la campaña. Combinando ambos, la protección del cultivo sería completa y muy efectiva.

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Quelatos de hierro y su estabilidad en suelo calcáreo

El hierro es un micronutriente esencial para las plantas. Es cofactor de multitud de enzimas vegetales, entre las que destacan, por su importancia, varias implicadas en la síntesis del a clorofila. Esta es la razón por la que la deficiencia de hierro en los cultivos tiene el característico efecto del amarilleamiento de las hojas, llamado precisamente clorosis férrica. Pese a su importancia, la absorción del hierro es compleja debido al a baja solubilidad del hierro (III), Fe3+, especialmente a pH neutro o alcalino, como es el caso de muchos suelos. Es por ello que la utilización de quelatos de hierro es la manera más efectiva para el aporte de este micronutriente a los cultivos.

Los quelatos de cationes metálicos

El hierro es un micronutriente esencial para las plantas. Es cofactor de multitud de enzimas vegetales, entre las que destacan, por su importancia, varias implicadas en la síntesis del a clorofila. Esta es la razón por la que la deficiencia de hierro en los cultivos tiene el característico efecto del amarilleamiento de las hojas, llamado precisamente clorosis férrica. Pese a su importancia, la absorción del hierro es compleja debido al a baja solubilidad del hierro (III), Fe3+, especialmente a pH neutro o alcalino, como es el caso de muchos suelos. Es por ello que la utilización de quelatos de hierro es la manera más efectiva para el aporte de este micronutriente a los cultivos.

Complejo hexacianoferrato (III).

Los quelatos de cationes metálicos

Existen infinidad de ligandos, pero los más comúnmente utilizados en agricultura se pueden clasificar en dos grandes grupos en función de cuales son los átomos dadores de electrones:

  • Hidroxicarboxilatos, donde los átomos con pares de electrones no enlazantes son oxígenos. El ácido glucónico, el heptaglucónico y el cítrico se engloban en esta categoría.
  • Aminopolicarboxilatos, donde los átomos dadores son nitrógenos y oxígenos. Aquí se incluye el EDTA (uno de los ligandos más universalmente utilizados en multitud de áreas), el DTPA, el HEDTA, el EDDHMA y el EDDHA. Este último, además, se diferencia en los isómeros de posición orto-,orto- (o,o) y orto-,para- (o,p), que afecta al lugar que ocupa uno de los átomos de oxígeno coordinantes y consecuentemente a la estabilidad del complejo de los isómeros con el hierro.

Asumiendo para el Fe3+ una esfera de coordinación octaédrica con 6 átomos dadores, los ligandos de tipo aminopolicarboxilatos logran ocupar todas las posiciones, y una molécula de gluconato 3 posiciones (aunque dos moléculas de gluconato se coordinarían a las 6):

Esferas de coordinación para los diferentes ligandos. Fuente: Witehurst et. al. (Fertilizer Research 1990, 25, 127-131).

La medida de la estabilidad de estos quelatos viene dada por una constante, K, que relaciona las concentraciones de catión metálico y ligando libres con respecto al complejo. Cuanto mayor es la constante de estabilidad, más fuerte es la unión ligando-metal y consecuentemente más estable es el complejo. Realmente no se utiliza la constante tal cual (ya que son valores muy elevados) sino su logaritmo en base 10, de tal manera que un complejo que es, por ejemplo, 3 unidades de log10K más elevado que otro, realmente indica que es 1000 veces más estable.

Los quelatos de cationes metálicos

El pH del suelo es un factor fundamental para la absorción de los micronutrientes por parte de los vegetales. A pH ácidos, los cationes metálicos son más solubles, están en mayor concentración y por tanto son más fácilmente asimilables por las plantas. De hecho, las dicotiledonias y las monocotiledonias no gramíneas disminuyen el pH del suelo localmente en las inmediaciones de la raíz para favorecer la solubilidad del Fe3+ cuando tienen carencias de hierro. En cambio, en suelos con pH neutros o ligeramente alcalinos, como es el caso de los suelos calizos, el Fe3+ libre se coordina a los iones hidroxilo OHe hidrogenocarbonato HCO3formando especies insolubles.

Por ello, la suplementación radicular con sales de hierro carece de efectividad en cultivos que crecen en suelos calcáreos. En estos casos hay que recurrir a los quelatos de hierro. Pero no todos los quelatos tienen la misma constante de estabilidad:

Agente complejante

Log10K

Fe3+

Fe2+

Ca2+

EDTA

25

14,27

11,0

o,o-EDDHA

33,9

14,3

7,20

HEDTA

19,6

12,2

8,0

Citrato

11,2

4,8

4,68

Gluconato

37,2

1,0

1,21

OH

38,57

 

 

 Fuente: Witehurst et. al. (Fertilizer Research 1990, 25, 127-131)

De la table anterior se puede deducir que los complejos de Fe3+ son mucho más estables que los de Fe2+, razón por la cual resulta más interesante usar los primeros. De todos ellos, el gluconato y el o,o-EDDHA presentan valores de constantes de estabilidad que pueden competir con la de los aniones hidroxilo. Asimismo, el Ca2+ posee mucha menor afinidad por estos ligandos que el Fe3+, por lo que no puede desplazarlo de la esfera de coordinación, algo que no es tan seguro con el Fe3+/EDTA o con los complejos de Fe2+.

Esto se traduce en que algunos complejos de Fe3+, aunque estables a pH ácidos, son incapaces de mantener el hierro en disolución pH alcalinos típicos de los suelos calizos. Este no es el caso del gluconato y del o,o-EDDHA, que logran complejar el hierro a valores de pH por encima de 7:

Diagramas de estabilidad de hierro (III)- quelato en condiciones de suelo a 100 micromoles de quelato. Fuente: “Iron Nutrition in Plants and Rhizospheric Microorganisms” L.L. Barton, J. Abadia; Ed.: Springer, 2006.

Adicionalmente, el gluconato tiene un plus sobre el EDDHA: el ácido glucónico es una molécula natural, proveniente de la oxidación de la glucosa, y que por tanto es completamente biodegradable. En cambio, el EDDHA (así como el EDTA y los otros ligandos aminopolicarboxilicos) son compuestos de síntesis que pueden acumularse en el suelo, en las propias plantas o ser lixiviados a los acuíferos, con los efectos negativos para las cultivos y el medio ambiente que esto puede acarrear.

Por esta razón, ARVENSIS AGRO recomienda usar quelatos de hierro con EDDHA o gluconato para la nutrición vía radicular con hierro en suelos calcáreos. De hecho, ARVENSIS AGRO utilizan estos quelatos para formular los biostimulantes que puedan ser aplicados al suelo, y la experiencia de más de 25 años del a empresa demuestra que son excelentes fuentes de hierro para corregir las carencias de este nutriente.

Bibliografía

Iron Nutrition in Plants and Rhizospheric Microorganisms” L.L. Barton, J. Abadia; Ed.: Springer, 2006

D.F. Clemens, B.M. Whitehurst, G.B. Whitehurst; “Chelates in agriculture” Fertilizer Research 1990, 25, 127-131.

– R.G. Cantera, A. M. Zamarreño, J.M. García-Mina; “Characterization of Commercial Iron Chelates and Their Behavior in an Alkaline and Calcareous Soil” Journal of Agricultural and Food Chemistry 2002, 50, 7609-7615.

– F. Yunta, M.A. Sierra, M. Gómez-Gallego, R. Alcázar, S. García-Marco, J. J. Lucena; “Methodology to Screen New Iron Chelates: Prediction of Their Behavior in Nutrient Solution and Soil Conditions” Journal of Plant Nutrition 2003, 26 (10 y 11), 1955-1968.

– S. Rai, P.K. Singh, S. Mankotia, J. Swain, S.B. Satbhai; “Iron homeostasis in plants and its crosstalk with copper, zinc, and manganese” Plant Stress 2021, 100008

– M. Yorlady Alzate Zuluaga, M. Cardarelli, Y. Rouphael, S. Cesco, Y. Pii, G. Colla “Iron nutrition in agriculture: From synthetic chelates to biochelates” Scientia Horticulturae 2023, 312, 111833

Cómo cuidar tus plantas en invierno

El invierno está llegando y con ello, un cambio abrupto de temperatura y condiciones para nuestras plantas. Las temperaturas bajan a 10°C llegando a tener temperaturas nocturnas por debajo de los 0°C. Estas bajadas en la temperatura provocan una ralentización de su metabolismo y por ello, suelen entrar en una etapa de reposo con el objetivo de conservar energía, reduciendo la producción de hojas y flores con el objetivo de protegerse a las heladas que provocan una ruptura de las células de las hojas, tallos y raíces.  

Además, la cantidad de luz solar que perciben es menor ya que se reducen las horas de luz y la intensidad, lo que afecta a que generan menos energía, reduciendo el fotoperiodo.  

En muchos lugares, la frecuencia de lluvias aumenta la humedad en los suelos, provocando la proliferación de hongos y pudrición en las raíces. Por otro lado, en plantas de interior, la calefacción provoca una bajada de humedad del aire que puede afectar drásticamente a las plantas tropicales, por ello es importante disponer de bandejas de agua o humidificares cerca.  

A consecuencia de las bajas temperaturas, en invierno los microorganismos beneficiosos para el suelo ralentizan la descomposición de materia orgánica y disminuye la disponibilidad de nutrientes para la planta.  

Consejos para mantener tus plantas sanas en invierno

Lo primero a controlar es el riego de las plantas, al reducir el crecimiento de las plantas, necesitan mucha menos agua. Es importante regar solo cuando el suelo o la maceta esté seca al tacto. Hay que evitar encharcamientos que pudran nuestras raíces y produzca el crecimiento fúngico en las raíces. Es preferible reducir el número de riego (1 vez cada 10-20 días dependiendo del cultivo) pero de manera más intensa que regar cada varios días. 

Si tienes la posibilidad de controlar la temperatura, es un buen momento de utilizarla. Las macetas que puedas meter en casa o en un lugar cubierto resistirán mejor. O bien cubrir con un plástico o tela anti-heladas favorece a reducir ese contraste térmico en el exterior. El uso de una estructura o palos de madera que eviten el contacto directo con el plástico es clave a la hora de cubrir nuestras plantas.  

Para plantas de interior o invernadero, un aporte de luz solar extra favorece a su supervivencia, favoreciendo la colocación en zonas más cerca de ventanas o utilización de luces LED de espectro completo.

Debido a que la planta está en reposo, no es necesario una fertilización adicional ya que el exceso de nutrientes puede provocar estrés en la planta. ¿Qué cosas sí que se recomienda utilizar? La aportación de aminoácidos si la planta posee estrés abiótico puede favorecer a su recuperación como protectores osmóticos. Por ejemplo, aquellos que contienen Glicina-Betaína o bien productos anti heladas que proporciona una membrana en las hojas y fruto que evita la formación de escarcha y evita esa pérdida de agua y la evapotranspiración extrema (SCUDOR).   

La retirada de zonas más dañadas, eliminando hojas secas o enfermas permite prevenir enfermedades y conservar más energía en la planta. No estamos hablando de una poda intensa que se recomienda en primavera cuando la planta vuelve estar activa en el crecimiento sino de mantenimiento para reducir riesgo de plagas.  

Con el objetivo de proteger las raíces de las plantas, podemos adecuar las macetas en el caso de que sean plantas de interior evitando posarlas en el suelo y utilizar maderas que reduzcan ese choque térmico. La utilización de un mantillo o corteza puede favorecer a proteger las raíces del frío.  

Observar a nuestras plantas es clave para ver lo que necesitan y lo que están pidiendo. La aparición de plagas en hojas y tallos en plantas de interior o de invernadero especialmente es usual en invierno y no hay que descuidarse ya que estos insectos y ácaros atacan durante todo el año.  

Con estos cuidados, tus plantas estarán mejor preparadas para resistir los meses fríos y tener un buen crecimiento cuando regrese la primavera. ¡Buena suerte con el cuidado de tus plantas en invierno! 

Fisiología de la germinación de semillas

La germinación es el punto de partida para el desarrollo de cualquier cultivo. Comprender los procesos fisiológicos involucrados nos permite no solo optimizar las condiciones de germinación, sino también aplicar bioestimulantes que promuevan un desarrollo temprano vigoroso. En este artículo, exploraremos en detalle las fases de la germinación, el papel de las enzimas, y las prácticas recomendadas para mejorar la germinación y el establecimiento de los cultivos.

Estructura de la semilla y su función en la germinación

Antes de adentrarnos en el proceso de germinación, es útil conocer las partes fundamentales de una semilla y su papel:

  • Embrión: Contiene el futuro sistema radicular (radícula), el tallo (hipocótilo) y las primeras hojas (cotiledones). Es la parte activa que da origen a la planta.
  • Endospermo: Almacena nutrientes que el embrión utilizará durante la germinación. Contiene principalmente almidón, proteínas y lípidos.
  • Testa (cubierta seminal): Protege las estructuras internas de la semilla y regula la absorción de agua. La rotura de esta cubierta es uno de los primeros signos visibles de germinación.

Etapas de la germinación

La germinación se divide en varias etapas fisiológicas fundamentales:

  1. Absorción de Agua (Imbibición)
    La imbibición es el proceso inicial de absorción de agua, que hincha la semilla y la activa metabólicamente. El agua facilita la actividad de enzimas y la movilización de nutrientes almacenados en el endospermo, que son fundamentales para el crecimiento inicial del embrión.
  2. Activación Enzimática
    Durante esta etapa, se activan varias enzimas que convierten las reservas de la semilla en energía y nutrientes útiles. Entre las enzimas más importantes están:
    • Amilasas: Descomponen el almidón en azúcares simples que proporcionan energía al embrión.
    • Proteasas: Transforman las proteínas en aminoácidos, esenciales para el crecimiento celular.
    • Lipasas: Actúan sobre las grasas almacenadas, liberando ácidos grasos para la respiración celular.
  3. Crecimiento y Desarrollo del Embrión
    Tras la activación metabólica, el embrión comienza a crecer. La radícula emerge primero, estableciendo las primeras raíces y permitiendo la absorción de agua y nutrientes del suelo. Este paso es crucial, ya que el desarrollo radicular inicial condiciona la futura absorción de agua y nutrientes y, por ende, el crecimiento de la planta.

Claves para una buena germinación

Para que la germinación ocurra de forma óptima, es esencial controlar algunos factores:

  • Humedad: Un nivel adecuado de humedad activa la imbibición y favorece las reacciones enzimáticas. Sin embargo, un exceso puede generar asfixia en el embrión, mientras que un déficit impide la germinación.
  • Temperatura: Cada especie vegetal tiene un rango de temperatura óptimo que activa las enzimas y acelera el metabolismo de la semilla. Fuera de este rango, la germinación puede ralentizarse o detenerse.
  • Oxígeno: La semilla requiere oxígeno para la respiración celular, un proceso que proporciona energía al embrión. En suelos mal aireados o saturados de agua, la falta de oxígeno puede ser un factor limitante.
  • Luz: Aunque algunas semillas germinan sin luz, otras necesitan estímulos luminosos específicos para activarse. Conocer los requerimientos específicos de cada especie es clave.

La fisiología del crecimiento inicial

El crecimiento inicial del embrión está impulsado por la acción de hormonas vegetales, especialmente la giberelina, que regula la elongación celular y la expansión de tejidos. Las enzimas activadas en esta fase descomponen las reservas del endospermo en azúcares, aminoácidos y lípidos, esenciales para el metabolismo y el crecimiento. Este metabolismo intenso en los primeros días de vida es lo que permite a la plántula establecer un sistema radicular inicial fuerte.

Bioestimulantes para mejorar la germinación y el crecimiento inicial

El uso de biostimulantes puede ser determinante para asegurar una germinación eficiente y un desarrollo inicial vigoroso, evitando posibles “abortos” o fallos en la emergencia de la planta. Algunos de los biostimulantes recomendados para esta fase incluyen:

  • Rhizum: Nuestro bioestimulante para mejorar el enraizamiento. Esta compuesto de una mezcla que favorece la formación de raíces primarias y secundarias, permitiendo una mejor absorción de los nutrientes y agua disponibles en el suelo. Las raíces serán más profundas y con un mayor de tricoblastos o pelos radiculares laterales, que mejoran el área específica  y su eficiencia de absorción.
  • Algapower Gold: Un bioestimulante concentrado en base de extractos de algas que mejora la resistencia de la planta en sus primeros días y promueve la formación de un sistema radicular robusto. Esto se consigue debido a su alto contenido en hormonas naturales y compuestos bioactivos dando lugar a un crecimiento balanceado y más resistente al estrés.
  • Mycrottron: Contiene microorganismos beneficiosos que mejoran el desarrollo radicular, favoreciendo una temprana absorción de nutrientes y agua. Nuestro concentrado de Pseudomona putida es especialmente útil para favorecer esta etapa clave en suelos agotados o con hongos patógenos.

Conclusión

La fisiología de la germinación de semillas establece las bases para un desarrollo óptimo y un alto rendimiento en los cultivos. Controlar los factores ambientales y proporcionar un apoyo adicional mediante bioestimulantes no solo optimiza el proceso de germinación, sino que también reduce el riesgo de abortos y mejora el vigor de las plántulas. Los enraizantes, activadores metabólicos, extractos de algas y microorganismos benéficos son algunas de las herramientas clave para asegurar una germinación y un desarrollo inicial saludable, garantizando así una mayor productividad y resistencia en las etapas posteriores de crecimiento. Si necesitas asesoramiento técnico ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.

¿Por qué deberías aplicar aminoácidos a tus cultivos? ¿Cómo funcionan?

Aplicar aminoácidos a los cultivos no solo mejora su crecimiento y resistencia, sino que también beneficia al suelo y a la sostenibilidad general de la agricultura. Esta práctica proporciona una alternativa innovadora que permite a los agricultores incrementar su productividad de manera responsable con el medio ambiente.

Las plantas son seres vivos que además de realizar la respiración, se alimentan. A diferencia del reino animal y de manear general, son autótrofas, es decir, sintetizan su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas, siendo indispensable la luz solar u otras reacciones químicas para realizar completar su metabolismo.

Pero entonces, ¿Dónde entran los aminoácidos en esta ecuación?

Los aminoácidos son moléculas orgánicas con grupos amino y carboxilo que constituyen las proteínas a través de cadenas y según el orden de la secuencia de esos aminoácidos y su orientación forman las distintas estructuras primarias, secundarias y terciarias de las proteínas.

Las proteínas son nutrientes que juegan un papel fundamental para el funcionamiento de los seres vivos. Se trata de macronutrientes compuestos por una cadena de aminoácidos. El orden de la secuencia de esos aminoácidos y su orientación formando las distintas estructuras primarias, secundarias y terciarias. Algunas de las funciones que poseen las proteínas son enzimas si actúan como catalizadores, o bien proteínas estructurales si brindan soporte a las células y tejidos.

Además, las proteínas tienen funciones de transporte de iones a través de la membrana celular, participan en la comunicación celular ya que son receptores de membranas, poseen una función reguladora o de función de almacenamiento de nutrientes.

Cabe resaltar su papel dentro de la defensa de la planta, ya que ayudan a la protección contra patógenos, insectos u otros factores de estrés. Las proteínas participan en la inmunidad vegetal, es decir, en los procesos de defensa frente amenazas externas. Al igual que nosotros necesitamos de anticuerpos, las plantas poseen proteínas PR (Relacionadas con Patogénesis), inhibidores de proteasas, lectinas, defensinas que dotan a la planta de una serie de recursos para reforzarla y conseguir resistir a esas situaciones de estrés.

¿Es importante añadir aminoácidos a la planta?

Si quieres ayudar a la planta a combatir esos momentos de estrés y fortalecerla entonces añadir un aporte de aminoácidos es una buena opción. Es muy importante que sean aminoácidos libres, es decir, aquellos que se encuentran como monómeros de manera independiente para facilitar su absorción y asimilación en la planta, permitiendo una respuesta rápida y eficiente, favoreciendo un mejor aprovechamiento de los recursos energéticos y metabólicos de la planta. A continuación, se describen algunas de las acciones que la adición de aminoácidos aporta a nuestras plantas:

Mejora de la Absorción de Nutrientes, así como su liberación eficaz

Los aminoácidos en las plantas facilitan la absorción de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, especialmente donde la disponibilidad de nutrientes puede ser limitada. Además, permiten que esa liberación sea gradual y permitiendo de una manera lenta y controlada suministrar los nutrientes necesarios para su crecimiento.

Fortalecimiento de la Resiliencia al Estrés

En situaciones de estrés abiótico (sequía, altas temperaturas, luz ultravioleta, salinidad del suelo), los aminoácidos mejoran la capacidad de capacidad de recuperación de las plantas en situaciones adversas como si fuera un escudo protector. Especialmente, mitigan el daño por estrés oxidativo en las plantas, causado por un desequilibrio de especies reactivas de oxígeno tras una falta de defensas. Si no se controla, esos radicales dañan partes importantes de la planta como las membranas y son más susceptibles a las plagas y enfermedades.

Sostenibilidad y Agricultura Orgánica

Los fertilizantes basados en proteínas vegetales son una excelente opción para los agricultores orgánicos, ya que cumplen con los estándares de producción ecológica y ofrecen nutrientes sin químicos agresivos. Este tipo de fertilizantes ofrecen una opción más ecológica que los fertilizantes sintéticos. Reducen la dependencia de químicos, contribuyendo a una agricultura más sostenible y con menos impacto ambiental.

Mejora de la Microbiota del Suelo

La presencia de aminoácidos adicionadas en el suelo promueve la actividad de microorganismos beneficiosos. Estos microorganismos, como las bacterias fijadoras de nitrógeno, contribuyen a la fertilidad del suelo y mejoran la estructura, lo que facilita la retención de agua y nutrientes.

Aumento de la Calidad y Cantidad de la Cosecha

Gracias a la nutrición más completa que proporcionan, los cultivos tratados con aminoácidos suelen producir frutos de mayor tamaño, con mejor sabor, color y contenido nutricional. Esto resulta en una cosecha de mayor calidad y valor comercial.

Estimulación del Crecimiento de las Plantas, fotosíntesis y metabolismo.

Los aminoácidos y péptidos derivados de las proteínas estimulan el desarrollo de las raíces y la estructura celular de las plantas. Esto promueve un crecimiento más vigoroso y mejora la resistencia de las plantas frente a condiciones de estrés. Además, mejoran los procesos fotosintéticos, ya que optimizan la producción de clorofila. Esto hace que las plantas tengan hojas más verdes y saludables, capaces de captar más energía solar.

A modo de resumen, adicionar aminoácidos a tus cultivos es opcional pero muy favorable si quieres tener una alta producción, si quieres evitar que tu planta se acabe muriendo por motivos externos que le causan estrés. Un aporte extra, permitirá preparar a la planta, favoreciendo el correcto crecimiento y tránsito de nutrientes.

Para una guía más especializada de cómo, cuándo y qué productos aplicar a sus cultivos, consulte con uno de nuestros técnicos especializados.