¿Por qué es tan importante la floración y el cuajado del olivo?
/en Académico/por arvensisagroUno de los momentos más críticos e importantes en el cultivo del olivar es la formación y el cuajado de las aceitunas. Para mejorar el cuajado del olivar y en consecuencia, incrementar la producción y rentabilidad de nuestro cultivo, debemos tener en cuenta factores que repercuten en la calidad del fruto y tratamientos para el cuajado del olivo.
Ciclo de crecimiento del olivo
El olivo muestra un crecimiento con dos picos. Comienza el primer pico en marzo para continuar hasta principios de junio. El segundo período de crecimiento ocurre en septiembre para detenerse a finales de noviembre.
El proceso fisiológico que conduce a la diferenciación de la flor del olivo en marzo y la floración en mayo comienza en el verano anterior con la inducción de la floración, seguida de la iniciación de la floración en noviembre. El olivo produce flores perfectas con pistilos verdes y funcionales, o flores imperfectas que contienen un pistilo abortado. La cantidad de flores perfectas formadas varía según la inflorescencia, el cultivar y las condiciones ambientales.
Un olivo maduro suele producir en torno a 500.000 flores, de las cuales entre el 10% y el 15% dan fruto, seguido por una rápida caída de la fruta hasta 6 a 7 semanas después de la plena floración. En un año con floración normal, un cuajado final de frutos del 1% al 2% dará como resultado un buen rendimiento comercial.
Hábitos de floración y desarrollo de yemas en el olivo
Las flores del olivo se forman en inflorescencias, que se desarrollan a partir de yemas axilares. Durante el crecimiento del brote, en el año anterior a la floración, se forman en cada nudo dos hojas opuestas con una yema en la axila de cada hoja.
Para que una yema sea de flor tiene que haber sufrido un proceso de iniciación floral. La iniciación floral incluye dos procesos: inducción (predisposición de las yemas a desarrollar inflorescencia), y diferenciación de las estructuras de la inflorescencia y de la flor.
La inducción floral de las yemas se produce la campaña previa a la floración, entre el mes de julio y octubre. La diferenciación de las estructuras florales se inicia en febrero y coincide con la fase de brotación.
Factores influyentes en el cuajado y desarrollo del olivo
Según algunos autores, puede existir un periodo de reversibilidad que suele ser desde octubre, en el que yemas inducidas a flor pueden revertir a vegetativas si no pasan suficiente frío o les falta determinadas sustancias elaboradas por las hojas.
Entre los factores que afectan al cuajado, la fisiología del olivo (polen viable, compatibilidad de polen, crecimiento del tubo polínico, etc) y las condiciones ambientales (temperaturas bajas o altas, vientos secos y lluvias que podrían llegar a inhibir el crecimiento del tubo polínico.
La simultaneidad entre procesos vegetativos y reproductores del mismo año y entre procesos de dos ciclos reproductores consecutivos origina fenómenos de competencia. En años de gran cosecha los asimilados procedentes de la fotosíntesis se dirigen hacia los frutos en desarrollo, frenando el crecimiento vegetativo del árbol, esto conlleva la reducción de la floración del año siguiente lo que podría afectar a la producción.
La absorción de nutrientes se produce principalmente en primavera y verano, durante la brotación, cuajado y crecimiento del olivo. La tasa de absorción de nitrógeno es mayor en primavera y principios de verano, durante el crecimiento vegetativo, mientras que la absorción de potasio es ligeramente menor en esta época. La pulverización foliar puede complementar la absorción de nutrientes por las raíces en momentos específicos. Por este motivo se debe considerar la pulverización foliar.
Recomendaciones para el cuidado del olivo
Desde el departamento técnico y de I + D de Arvensis, recomendamos llevar a cabo unos tratamientos previos a floración y cuajado con QUICELUM, formula especial ecológica, con alto contenido en precursores de fitohormonas naturales principalmente auxinas y citoquininas, ácido fólico y otros coadyuvantes sinérgicos para la floración y cuajado con el fin de mejorar la viabilidad del polen, la germinación del tubo polínico, reducir la caída fisiológica de los frutos y mejorar su tamaño.
También aplicando QUICELUM al inicio del envero junto a POTOMAK, bioestimulante ecológico con alto contenido en potasio de fácil asimilación (exento de cloro, sodio y sulfatos) que incluye en su composición extractos de algas Ascophyllum nodosum, permite incrementar el rendimiento graso al potenciar la división celular y acelerar la translocación de los carbohidratos y su posterior transformación en grasa.
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